Equipo # 3 1ro "B"
Historia de la educación en México.
Siglo XX. Primera Parte.
La “Revolución Mexicana” y los nuevos proyectos educativos:
la refundación de la Universidad Nacional, la creación de la SEP, la casa del
pueblo, la escuela rural mexicana, la creación de las normales rurales, las
misiones culturales, la educación socialista, el Instituto Politécnico
Nacional, entre otras.
La Revolución Mexicana había heredado del Porfiriato a un
número extremadamente alto de analfabetas, resultado de las políticas
educativas del gobierno de Díaz y de sus antecesores con respecto de la
instrucción pública. Los gobiernos de la Revolución se encargaron de llevar a
cabo campañas para educar a obreros y a campesinos como un medio para
transformar la estructura social del país, promover el desarrollo nacional y
formar una clase trabajadora que sirviera de sostén al proyecto modernizador
mexicano, todo lo cual tomó años y un gran esfuerzo para ser hecho realidad.
La mayor parte de estas ideas tomaron cuerpo jurídico en
el artículo tercero de la Constitución de 1917, el cual sufriría varias
modificaciones para ajustar su contenido a la situación preponderante. Sin
embargo, durante la administración de Carranza se consideró que la educación
pública debía quedar a cargo de los municipios y se suprimió el Ministerio de
Instrucción Pública. Esto generó más problemas de los que pretendía resolver.
Al hacer la labor educativa una labor municipal, se pretendía que el poder que
daba educación estuviera más cercano al fenómeno, al educando. Sin embargo, el
que esto funcionara requería de una movilización de recursos que los municipios
no tenían, y esto hizo insostenibles las escuelas, y por ello, se tuvieron que
cerrar muchas de ellas.
Una de las más importantes acciones que se llevó a cabo
para reorganizar la educación en México fue la creación de la Secretaría de
Educación Pública (SEP) en el régimen de Álvaro Obregón (qué había sido
suprimida en el gobierno de Carranza). Su principal promotor fue José
Vasconcelos (que antes había trabajado en la Universidad Nacional de México),
quien se convirtió en su primer Secretario, la concibió como una forma de
federalizar la educación, incorporándola al proyecto nacional obregonista de
modernidad y estabilización. Vasconcelos imprimió a las campañas educativas un
carácter de cruzada nacional, con grandes movilizaciones de masas y un gran
presupuesto para impulsar la alfabetización. Su plan de trabajo se conoció como
el “Plan de Once Años” que se refería a conducir en el proceso educativo al
educando desde la primaria hasta la educación que hoy llamaríamos
media-superior. Pero pese a que, como veremos, este plan no se llevó a cabo
como fue planeado, sí dejó sentadas las bases para que la estructura educativa
que hoy se tiene en el país fuera dándose así.
Esta gran operación por la cultura nacional tenía varios
aspectos, entre los que se contaban la educación indígena para asimilar a la
población marginal; educación técnica que creara recursos humanos para el campo
y la industria, educación rural para elevar el nivel de vida del campo mexicano
y un sistema de creación de bibliotecas y edición de libros para popularizar la
cultura. También se buscaba difundir la idea de una cultura nacional que
sirviera para unir a los diferentes grupos sociales, separados en ese momento
por los resultados de diez años de lucha. Después de tomar la Secretaría de
Educación, Vasconcelos dijo en un discurso que “el destino llevaba a un
filósofo a la magna tarea de educar a un pueblo”. La obra que inició
Vasconcelos transformó la historia de la educación en México ya que los
problemas de la educación interesaron gracias a su influjo a toda la vida
nacional. Esto, reuniendo el sentido de la realidad con un idealismo que se
remontaba hasta lo místico. Ante esto, escribió en De Robinson a Odiseo.
Con este nombre, aunque redefiniendo constantemente sus funciones
y actividades, este Ministerio se ocupará de la educación en México hasta
entrado el siglo XX, (1905).
A pesar de las buenas intenciones, los municipios fueron
incapaces de afrontar la problemática educativa y ya para 1919, la educación
pública resentía gravemente la falta de una adecuada organización:
tan sólo en el Distrito Federal, quedaban abiertas 148 de las 344 escuelas
existentes en 1917.
Con la llegada de Adolfo de la Huerta al poder,
se iniciaron los cambios para poner remedio a esta situación.
En primer término, se le otorgó al Departamento
Universitario la función
educativa que tenía el gobierno del Distrito Federal.
Para cumplir con la democratización de la administración
educativa, y con los postulados del Artículo Tercero Constitucional, era ya
necesaria una acción
a nivel nacional, pues no bastaba con sólo declarar la educación gratuita,
laica y obligatoria: se necesitaba tomar medidas para realizarla.
El proyecto de crear una Secretaría de Educación Pública
Federal, requería de una reforma constitucional; en tanto esto ocurría, asume
la rectoría de la Universidad
Nacional, el Licenciado José Vasconcelos Calderón, quien se había revelado como
uno de los más firmes partidarios de dar a la educación carácter federal.
Como rector de la Universidad y titular del Departamento Universitario, el Lic. Vasconcelos inició la formulación práctica del proyecto, emprendiendo diversas medidas con el objeto de reunir a los distintos niveles educativos; depuró las direcciones de los planteles, inició el reparto de desayunos escolares y llevó a cabo su idea fundamental: que la nueva Secretaría de Educación tuviese una estructura departamental.
Más adelante se crearon otros departamentos para combatir
problemas más específicos, tales como la educación indígena, las campañas de
alfabetización, etcétera.
Vasconcelos asumió las tareas educativas desde la perspectiva de la vinculación de la escuela con la realidad social; en su discurso de toma de posesión como rector de la Universidad afirmó:
Vasconcelos asumió las tareas educativas desde la perspectiva de la vinculación de la escuela con la realidad social; en su discurso de toma de posesión como rector de la Universidad afirmó:
"Al decir educación me refiero
a una enseñanza directa de parte de los que saben algo, en favor de los que
nada saben; me refiero a una enseñanza que sirva para aumentar la capacidad
productiva de cada mano que trabaja, de cada cerebro que piensa [...] Trabajo útil, trabajo productivo, acción
noble y pensamiento alto, he allí
nuestro propósito [...] Tomemos al campesino bajo nuestra guarda y enseñémosle a
centuplicar el monto de su producción mediante el empleo de mejores útiles y de mejores métodos. Esto es más importante que distraerlos en la
conjugación de los verbos, pues la cultura es fruto natural del desarrollo económico
[...]"
Con estas ideas, se creó la Secretaría de Educación Pública el 25 de septiembre de 1921 y cuatro días después, se publicó en el Diario Oficial el decreto correspondiente.
El 12 de octubre del mismo año, el Lic. José Vasconcelos Calderón asume la titularidad de la naciente Secretaría. Una nota de prensa de la época lo refiere de esta manera:
Con estas ideas, se creó la Secretaría de Educación Pública el 25 de septiembre de 1921 y cuatro días después, se publicó en el Diario Oficial el decreto correspondiente.
El 12 de octubre del mismo año, el Lic. José Vasconcelos Calderón asume la titularidad de la naciente Secretaría. Una nota de prensa de la época lo refiere de esta manera:
En sus inicios la actividad de la Secretaría de Educación Pública se caracterizó por su amplitud e intensidad: organización de cursos, apertura de escuelas, edición de libros y fundación de bibliotecas; medidas éstas que, en su conjunto, fortalecieron un proyecto educativo nacionalista que recuperaba también las mejores tradiciones de la cultura universal.
En 1921 el número de maestros de
educación primaria aumentó de 9,560, en 1919, a 25,312; es decir, se registró
un aumento del 164.7 por ciento; existían 35 escuelas preparatorias, 12 de
abogados, siete de médicos alópatas, una de médicos homeópatas, cuatro de
profesores de obstetricia, una de dentistas, seis de ingenieros, cinco de
farmacéuticos, 36 de profesores normalistas, tres de enfermeras, dos de
notarios, diez de bellas artes y siete de clérigos.
En materia de enseñanza técnica, Vasconcelos rechaza el pragmatismo de la escuela norteamericana sustentada por Dewey, lo que no significa rechazo al trabajo manual: éste se aprecia pero sin descuidar la necesidad del razonamiento y del conocimiento teórico.
El Lic. Vasconcelos, todavía como
titular del Departamento Universitario, creó el primero de marzo de 1921 la Dirección General de Educación Técnica.
Desde esta Dirección General se crearon las siguientes instituciones: la Escuela de Ferrocarriles, Escuela de Industrias Textiles, Escuela Nacional de Maestros Constructores, Escuela Tecnológica para Maestros, Escuela Técnica de Artes y Oficios, Escuela Nacional de Artes Gráficas, Escuela Técnica de Taquimecanógrafos, Escuela Hogar para Señoritas "Gabriela Mistral".
Además de estas escuelas, existían otras 88 de tipo técnico: mineras, industriales, comerciales y de artes y oficios, 71 de carácter oficial y 17 particulares.
En la política educativa oficial se propuso la ampliación de la infraestructura y extensión de la educación, así como la elevación no sólo de la calidad, sino de la especialización.
Sin embargo, a pesar de los avances logrados en el impulso inicial de la Secretaría, la lucha electoral por la sucesión presidencial de 1924, que desembocó en la rebelión de la Huertista, y, las presiones norteamericanas plasmadas en los compromisos acordados en las conferencias de Bucareli, limitaron el alcance nacionalista que se pretendía en el proyecto Vasconcelista, pues aunque no se abandona el proyecto original, éste se modera.
Desde esta Dirección General se crearon las siguientes instituciones: la Escuela de Ferrocarriles, Escuela de Industrias Textiles, Escuela Nacional de Maestros Constructores, Escuela Tecnológica para Maestros, Escuela Técnica de Artes y Oficios, Escuela Nacional de Artes Gráficas, Escuela Técnica de Taquimecanógrafos, Escuela Hogar para Señoritas "Gabriela Mistral".
Además de estas escuelas, existían otras 88 de tipo técnico: mineras, industriales, comerciales y de artes y oficios, 71 de carácter oficial y 17 particulares.
En la política educativa oficial se propuso la ampliación de la infraestructura y extensión de la educación, así como la elevación no sólo de la calidad, sino de la especialización.
Sin embargo, a pesar de los avances logrados en el impulso inicial de la Secretaría, la lucha electoral por la sucesión presidencial de 1924, que desembocó en la rebelión de la Huertista, y, las presiones norteamericanas plasmadas en los compromisos acordados en las conferencias de Bucareli, limitaron el alcance nacionalista que se pretendía en el proyecto Vasconcelista, pues aunque no se abandona el proyecto original, éste se modera.
Durante el periodo revolucionario,
el proceso de conformación del sistema educativo mexicano tuvo un notable
retroceso. Sin embargo, al final de este periodo, con la promulgación de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, se otorgó por
primera vez rango constitucional al derecho que todo ciudadano mexicano tiene para
recibir una educación laica, obligatoria y gratuita. Asimismo, se otorgaron
mayores facultades educativas al Estado para coordinar y vigilar el
funcionamiento de escuelas públicas y privadas. Desafortunadamente, con la
supresión de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes determinada
por el Congreso Constituyente, el sistema educativo del nuevo régimen
revolucionario tuvo problemas para consolidarse. La presencia de diversos
factores, tales como la existencia de asentamientos rurales dispersos a lo
largo del territorio, la carencia crónica de recursos presupuestales, la
heterogeneidad en las maneras como cada estado y municipio atendía sus
obligaciones y una planta magisterial sumamente reducida, agravaron esta
situación.
La creación de la Secretaría de
Educación Pública (SEP), en septiembre de 1921, fue un hecho decisivo para
cambiar esta situación y facilitó la acción concurrente del gobierno federal de
manera directa en todo el país. Con lo anterior, se logró equilibrar un poco la
desigual atención que estados y municipios brindaban a los servicios de
educación. José Vasconcelos, el primer titular de esta institución, formuló un
nuevo sistema educativo para atender las necesidades de instrucción y formación
académica de todos los sectores sociales. Uno de los aportes más importantes de
la gestión de Vasconcelos fue la educación rural: se crearon escuelas primarias
y algunas normales rurales, y se formaron las misiones culturales, grupos
docentes, profesionistas y técnicos que se dirigieron a diversas localidades
rurales para capacitar maestros y trabajar en favor de la comunidad.
Después de la creación de la SEP,
ocurren diversos hechos que repercutirían en el futuro del sistema educativo
mexicano. Durante la presidencia de Plutarco Calles hubo un constante forcejeo
entre la Universidad Nacional y la SEP. Los universitarios buscaban mantener el
sistema mediante el cual la escuela preparatoria continuaba después de la
conclusión de los estudios del ciclo primario, no obstante, por decreto oficial
de la SEP se creó en 1925 la escuela secundaria como una nueva institución
educativa al servicio de la adolescencia. Este hecho generó dos cambios
importantes en el sistema educativo. Por un lado, hubo un cambio en la
secuencia de estudios. Por otro lado, la confrontación del gobierno con la
universidad fue un elemento central para que en 1929 la universidad obtuviera
su autonomía. La autonomía facultó a la universidad para que decidiera el
contenido de la educación superior.
Los años siguientes se
caracterizaron por mantener un clima de conflicto permanente entre las
distintas orientaciones educativas de la época (positivista, laica, popular,
nacionalista, religiosa, socialista). La lucha ideológica fue una actividad que
impidió el mejoramiento del sistema educativo; ejemplo de ello fue la disputa
entre el gobierno y la iglesia católica que originó la clausura de las escuelas
religiosas. Este conflicto culminó en el sexenio de Lázaro Cárdenas en 1934 con
la modificación del artículo tercero constitucional, mediante la cual, por
primera vez en el texto constitucional, se estableció oficialmente una política
de estado para dar un carácter socialista a la educación y obligar a las
escuelas privadas a seguir los programas oficiales.
La nueva orientación socialista de
la educación propuso ampliar las oportunidades educativas de los trabajadores
urbanos y rurales. Entre 1936 y 1940 se crearon internados, comedores y becas,
se impulsó la creación de escuelas vinculadas a centros de producción y se alentó
la educación técnica. En este último aspecto, la realización más importante del
periodo fue la fundación del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de otros
establecimientos tecnológicos. Al mismo tiempo, se crearon escuelas regionales
campesinas para formar maestros rurales y cuadros para la agricultura, se
establecieron escuelas vocacionales de nivel medio superior y centros
educativos indígenas.
El gobierno de Manuel Ávila Camacho y
el proyecto de unidad nacional.
Con Manuel Ávila Camacho (1940-1946),
dio inicio una política de conciliación nacional que tuvo consecuencias en el
sistema educativo. Por ejemplo, en 1941 se promulgó la Ley Orgánica de la
Educación Pública. En 1943 tuvo lugar la unificación de los sindicatos
magisteriales. El nuevo Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
(SNTE) fue reconocido mediante decreto presidencial como el único organismo
representativo de todo el magisterio nacional. Años más tarde, en 1946, se
promulgó una reforma del artículo 3º constitucional para reconvertir la
educación socialista y en su lugar establecer una educación integral,
científica y democrática para combatir los altos índices de analfabetismo que
imperaban en la época.
Su política fue muy conservadora en el
aspecto económico, su gobierno colaboro con E.U.A y aliados en contra del
eje(Alemania, Italia, Japón),por el hundimiento de dos barcos petroleros de
parte de los alemanes en aguas del golfo de México y en 1942 se da una guerra
por este motivo. A la vez durante su sexenio se firmaron acuerdos económicos
para la producción de bienes y materias primas estratégicas. Respecto a la
educación se declara a favor de terminar el conflicto con la iglesia, cabe
destacar la labor de su secretario de educación Jaime Torres Bodet quien fue el
encargado de elaborar un nuevo texto para el artículo 3°
constitucional(1946)del cual elimina el termino socialista e incorpora
principios de educación humanista, integral, laica, nacional y democrática que debía
colaborar a desaparecer discriminaciones y privilegios, además que se orientaba
al respeto de la dignidad humana, integración familiar, independencia política
y solidaridad internacional ,de igual forma retomo e impulso una campaña
alfabetizadora, se crearon nuevas instituciones a base de las demandas de la
población, surgieron varias comisiones para renovar planes de estudio, se
promovió la enseñanza técnica, se impulsó tarea editorial, mantuvo restringida
la participación de grupos religiosos y ministros de culto dentro de la
educación y un régimen de excepción para la enseñanza privada(restricciones que
después se reprimieron en las reformas de 1991-1992).
Fuentes: